Guia para Tratar a las PERSONAS IV – PERSONA con limitaciones visuales

Las PERSONAS con discapacidad son PERSONAS. Esta afirmación es tán evidente como que no siempre las tratamos como tales cuando compartimos espacio con ellas.

Suele haber una primera reacción de “ayuda”, vemos una persona con aparentes – o no tanto – limitaciones y nuestra primera intención es ofrecer una ayuda no solicitada porque relacionamos subconscientemente la discapacidad con la dependencia.

No es correcto. Una persona con discapacidad debe disfrutar de la mayor dosis de independencia que le permitan sus condiciones.

Hay una fórmula mágica para tratar a las PERSONAS y es la de “comportarse con NATURALIDAD y PREGUNTAR qué es lo que necesita es la mejor manera de saber si quiere-necesita o no de nuestra ayuda. La PERSONA la pedirá naturalmente, está acostumbrada y TODOS hacemos lo mismo, cuando necesitamos ayuda, la pedimos.

PERSONA con limitaciones visuales

  • Para dirigirnos a una PERSONA con problemas visuales, conviene que nos presentemos, quién soy y que queremos, hablando siempre de frente para que identifique quien le está hablando.
  • Dirigir siempre la conversación directamente a la persona a la que hablamos, no a su acompañante.
  • Hablar normalmente, no levantar la voz, utilizar un tono claro, con normalidad.
    Persona asistiendo a un invidente
  • Evitar utilizar palabras como “aquí”, “allí”, “esto”, “eso”. Utilizar un lenguaje descriptivo “a la derecha”, “ delante”, “detrás”, “encima”, etc.
  • Evitar exclamaciones no descriptivas como el típico “cuidado¡” sin texto descriptivo que lo acompañe.
  • No importa utilizar con normalidad palabras como “mira” “ver”, etc.
  • Quién mejor conoce las necesidades de una PERSONA es la propia PERSONA. Siempre es conveniente preguntar si precisa algún tipo de ayuda antes de hacer algo. (acercar un vaso, una silla, etc)
  • Si nos pide ayuda en un desplazamiento no debemos agarrar su brazo. Nos colocaremos sensiblemente delante de la PERSONA, al lado que nos indique (el contrario al bastón) y le ofreceremos el brazo para que sea la PERSONA a la que asistimos la que lo coja o se apoye.
  • Avisaremos de los cambios de dirección, cambio de pavimento, peldaños, desniveles, rampas, etc.
  • Avisaremos ante la aparición de obstáculos en el camino, sillas, macetas, elementos decorativos, extintores en las paredes, etc.
  • Para entrar en un vehículo colocaremos su mano libre en la manilla de la puerta o en la parte superior si está abierta.
  • Llegado al destino, no dejar sola a la PERSONA sin advertírselo antes.
  • Cuando se produzca un silencio prolongado un una eventual ausencia del acompañante, conviene explicar que estamos haciendo y cuando volveremos a dirigir a la PERSONA nuestra atención

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