Los Primos de Reyes

Hace unos pocos días (junio 2019) ha tenido gran repercusión en prensa la muerte por accidente de tráfico de Jonathan Reyes y las graves quemaduras sufridas por su primo Juan Manuel Reyes en un accidente de tráfico cuando viajaban en un potente vehículo conducido por José Antonio Reyes, que también falleció en el accidente.

Desde mi punto de vista, así debería leerse la noticia de este accidente, poniendo el foco en las víctimas y el acento en los responsables.

Jose Antonio Reyes era un célebre jugador de fútbol que inició su exitosa carrera con gran talento en el Sevilla CF y la desarrolló posteriormente en el Arsenal, el Real Madrid, el Atlético de Madrid, el portugués Bemfica y vuelta al Sevilla, después, el Espanyol, la liga China y acabó jugando un equipo de segunda división, el Extremadura Unión Deportiva.

El talento de Reyes no quedó en el deporte, sino que supo desarrollar un emprendimiento como inversor inmobiliario y crear una actividad profesional alejada del deporte que le ofreció estabilidad económica a su familia.

Jose Antonio era una amable persona, siempre dispuesto a ayudar a los demás, sin embargo, cuando aún estamos pendientes de que se esclarezcan las causas del accidente, si podemos decir que algo ha fallado.

Como dice @Francisco_Canes en su interesante artículo “La muerte de Reyes y la Irresponsabilidad” publicado el 7 de junio de 2019 en el blog de @FundTrafic, la familia Reyes está viviendo una tragedia con la muerte de dos de sus miembros y las secuelas que soportará un tercero que marcarán para siempre sus vidas y no podrán olvidar.

Este sufrimiento no lo podemos  – ni siquiera aliviar – pero sería un error que la sociedad en la que vivimos y que tanto nos aporta no aprovechara esta oportunidad para concienciar a jóvenes y mayores sobre la responsabilidad que los organismos que establecen las normas, los fabricantes de automóviles y nosotros mismos tenemos en los accidentes de tráfico.

En el accidente en que perdieron la vida Jonathan y Jose Antonio Reyes han fallado varias cosas.

Por un lado, FALLA el vehículo.

En una sociedad en la que la industria tiene especial cuidado en nadie pueda asfixiarse tragándose el tapón de un bolígrafo que cuesta 80 céntimos, que establece controles y sistemas electrónicos para que las personas que utilizan un secador de pelo no sufran una electrocución por su empleo (lógico y habitual) en el húmedo ambiente de un cuarto de baño, resulta que la magnipotente industria del automóvil que solo en España movió en el año 2017 mas de TRES MIL millones de euros pone en el mercado un vehículo con un coste superior a 150 mil euros capaz de salirse de la carretera a 270 km/h e incendiarse cuando la carretera está diseñada para circular a 120 km/h.

¿por qué la industria del automóvil no establece equipamientos de seguridad en los vehículos que impidan el uso irresponsable de los mismos? Y no me estoy refiriendo a que lo peligroso no es “el cuchillo” sino el uso que puede hacerse de él como veremos en el párrafo siguiente.

Por otro lado, FALLA la normativa

Yo desarrollo mi actividad en el mundo de la arquitectura. El proyecto y construcción de edificios es una actividad que está muy regulada para evitar que diseñadores y promotores puedan “producir” edificios y ponerlos a disposición de compradores que puedan sufrir daños con su utilización.

Que un vehículo pueda circular por una carretera a casi 300 km/h avisando al conductor que no puede superar los 120 mediante una señal de tráfico es comparable a que en edificación fuera posible diseñar un balcón con salida desde el salón de una vivienda en el quinto piso de un edificio con la sola protección de un letrero con el texto “prohibido acercarse al borde”.

¿por qué no hay una normativa que impida poner en el mercado vehículos que son una peligrosa herramienta en manos de un usuario con unas capacidades medias?

La tecnología existe y hay vehículos con características de “fórmula 1” que solo “liberan” la posibilidad de utilizarlas si el localizador GPS detecta que se encuentra en el interior de un circuito homologado.

Limitadores de velocidad, lectores de señales de tráfico, sensores de las condiciones atmosféricas, ya forman parte de una tecnología asequible que puede ponerse al servicio de la seguridad en vehículos de serie.

Siempre he pensado que si esta tecnología y limitaciones fueran de obligado uso y cumplimiento, hace tiempo que los vehículos circularían sin conductor y los accidentes de tráfico se habrían reducido a niveles anecdóticos. (como las caídas involuntarias desde los balcones o la muerte por electrocución en el uso de un secador de cabello)

Finalmente, FALLAMOS nosotros, la sensibilización.

La tragedia de la familia Reyes debería aprovecharse para – por parte de la sociedad – sensibilizar a la población de la tragedia que supone que solo en un año como el 2017, murieran mas de 1.200 personas y 4.827 hayan salido de un hospital con graves secuelas físicas.

Como nos dice @francisco_canes presidente de @asociaciondia y @fundtrafic

la principal responsabilidad la tienen quienes desde instituciones ponen inmediatamente el acento en homenajes, merecidos en lo deportivo, y dejan de lado su propia responsabilidad frente al hecho y lo que se transmite al resto de los ciudadanos. Nada se puede reprochar a los muertos, pero sí a quienes conociendo sus actitudes al volante no hicieron nada por cambiarlas, sí a quienes no inculcaron valores y responsabilidad a su amigo, pareja, hijos.. ahora vienen los llantos y arrepentimientos.”.

Por lo que he leído, Fundtrafic, es la única voz que pone el dedo en esa llaga en la que clubes de futbol Liga profesional (@LaLiga), asociaciones de futbolistas, y grandes futbolistas, idolos de la juventud y referentes en la sociedad, que utilizan sus potentes vehículos como símbolo de su estatus y fuente de ingresos para su publicidad, están perdiendo la oportunidad de transmitir un mensaje a su propio colectivo y a la sociedad en general de la necesidad de protegerse a ellos mismos con un mensaje de prudencia para TODOS.

No basta con lamentarse de una desgracia que – sin duda – podría haberse evitado. Es necesario pasar a la acción y esto es cosa de TODOS, tuya y mía, también de los otros colectivos que he citado en este texto, pero, sobre todo, tuya y mía.

¿Qué vas a hacer hoy por evitar la próxima muerte o discapacidad producida por un accidente de tráfico?

La #Accesibilidad es #MasQueRampas